Dos versiones de the task of the translator of Antigone
Anne Carson
traducción de Javier Pavez

…renuncia del traduciente de Antígona
Antígona, cariño,
en griego tu nombre nombra el contra-nacimiento, algo como eso o bien
“en vez de nacer”
Mas, ¿qué hay “en vez de nacer”?
No es que queramos entenderlo todo
Ni incluso asir, ni dirigir algo
Queremos tender hacia algo más
Sigo retornando a Brecht
quien te hizo hacer toda la obra atada a una puerta en tu envés
puede una puerta portar sentidos diversos
de tu puerta me quedo por defuera
extraño es que también te quedes afuera de tu puerta
esa puerta carece de adentro
o si tiene un adentro, eres la única máscara que no puede entrar en ella
para el linaje que allí vive, las cosas han ido irrecuperablemente mal
tener un padre que es también tu hermano
significa tener una madre que es tu abuela
una hermana que es tanto tu sobrina como tu tía
y otro hermano al que quieres tanto que quieres tumbarte con él
“muslo a muslo en la sepultura”
o eso dices de refilón tempranamente en la pieza
pero después nadie lo menciona nuevamente
¡oh, tú siempre exageras! –mi padre solía decirme
y dejemos aquí la nota de Hegel denominando a la feminidad “la eterna ironía de
la
comunidad”
¿Cuán seriamente podemos tomarte?
¿Eres “Antígona en el entre-dos-muertos”, como plantea Lacan?
o una parodia de la ley y de la lengua de Creonte ——así, Judith Butler
que en ti también encuentra “la oportunidad y el peligro para un nuevo campo de lo humano”?
luego, otra vez, “un ejemplo del leer-dentro-como-captura y del sentido moral masculino”
según el juicio de George Eliot, mientras que para varios estudiosos modernos
(previsiblemente, quizás)
reverberas como un terrorista
y Žižek te compara triunfalmente con Tito
el líder de Yugoslavia diciendo ¡NO! a Stalin en 1942
hablando de los ‘40s, causaste una gran impresión en el alto mando
nazi
y simultáneamente en los líderes de la resistencia francesa
cuando todos ellos se sentaron en el auditorio
de la Antígona de Jean Anouilh
la noche del estreno en París, 1944: No sé qué de qué color eran tus ojos
pero puedo imaginarte, ahora, entornando tu mirada
volvamos a Brecht, quizás sea el que mejor lo haya captado
llevar la propia puerta hará que una persona sea
desgarbada, exhausta y extraña
por otra parte, podría ser conveniente
si vas a lugares que no tengan una obvia entrada, como la normalidad
o una salida obvia, como el clásico doble vínculo
bueno, ese es tu problema
a mí me atarea traducirte a ti y a tu problema,
a través del inglés, desde el griego antiguo,
sacar todo lo que se tiende escondido en este pueblo, tu pueblo
crímenes y horror y años juntos, una familia, lo que llamamos una familia
“uno de mis más tempranos recuerdos”, escribió John Ashbery en la New York Mmagazine,
en 1980,
“es el de intentar despegar el papel decomural de mi habitación,
no por animosidad alguna
sino porque algo fascinante parecía haber
detrás de sus galeones, globos terráqueos y telescopios”.
lo cual me recuerda a Samuel Beckett, que en una carta delineaba
sus propias aspiraciones hacia el lenguaje como
“horadar brecha tras brecha hasta que lo que se esconde detrás
se filtre a través”
Antígona, cariño: también eres alguien que mantiene la fe
con una estructura orgánica profundamente otra que se tiende justo debajo de lo que vemos o lo que
decimos
eres, para citar a Creonte, autonomos
palabra formada por autos “sí mismo” y nomos “ley”
La autonomía tintinea como una especie de libertad.
Pero tú no estás interesada en la libertad
tu diagrama
es coserte a ti misma a tu propia mortaja usando el más fino de los pespuntes
¿cómo traducir esto?
Tomo inspiración e impulso de John Cage que, cuando le preguntaron
cómo compuso 4’33’’, respondió
“La construí gradualmente a partir de múltiples y mínimas piezas de silencio”
Antígona, no aspiras,
más que John Cage, a una condición de silencio,
quieres que escuchemos el sonido de lo que acaece
cuando todo lo normal/musical/cuidado/convencional o piadoso es quitado
lejos
¡oh, hermana e hija de Edipo!
¿quién puede ser inocente al transar contigo?
Tabula rasa alguna hubo jamás
siempre estuvimos ansiosos por ti
quizás conozcas ese poema de Ingeborg Bachmann
de los últimos años de su vida que despunta
“mis gritos, los pierdo”
Antígona, cariño,
lo tomo como tarea, don y renuncia del traduciente
contra-mandato de que pierdas alguna vez tus gritos
***
la tarea de la traductora de Antígona
Antígona querida
Tu nombre en griego significa algo como “contra el nacimiento” o
“en lugar de nacer”
¿qué hay en lugar de nacer?
no es que queramos entenderlo todo
o incluso entender algo
queremos entender algo más
Sigo volviendo a Brecht
que te hizo hacer toda la obra con una puerta atada a tu espalda
una puerta puede tener diversos significados
Me quedo fuera de tu puerta
lo raro es que tú también te quedes fuera de tu puerta
esa puerta no tiene interior
o si tiene un interior, eres la única persona que no puede entrar en ella
para la familia que vive allí, las cosas han ido irremediablemente mal
tener un padre que también es tu hermano
significa tener una madre que es tu abuela
una hermana que es a la vez tu sobrina y tu tía
y otro hermano al que quieres tanto que quieres acostarte con él
“muslo a muslo en la tumba”
o eso se dice oblicuamente al principio de la obra
pero nadie lo vuelve a mencionar después
¡oh, siempre exageras! mi padre solía decirme
y dejemos aquí la nota de Hegel llamando a la mujer “la eterna ironía de
la
comunidad”
¿Cómo de serio podemos tomarte?
¿Eres “Antígona entre dos muertes”, como dice Lacan?
o una parodia de la ley de Creonte y del lenguaje de Creonte ——así Judith Butler
que también encuentra en ti “la ocasión para un nuevo campo de lo humano”?
además, “un ejemplo de intelecto y sentido moral masculino”
es el juicio de George Eliot, mientras que para varios estudiosos modernos
(quizás previsiblemente)
suenas como un terrorista
y Žižek te compara triunfalmente con Tito
el líder de Yugoslavia diciendo ¡NO! a Stalin en 1942
hablando de los años 40, causaste una buena impresión en el alto mando
nazi
y simultáneamente en los líderes de la resistencia francesa
cuando todos ellos se sentaron en la audiencia
de Antígona de Jean Anouilh
la noche del estreno en París 1944: No sé de qué color eran tus ojos
pero puedo imaginarte poniéndolos en blancos ahora
volvamos a Brecht, tal vez sea el que mejor lo haya entendido
llevar la propia puerta hará que una persona sea
torpe, cansada y extraña
por otro lado, puede ser útil
si vas a lugares que no tienen una obvia entrada, como la normalidad
o una salida obvia, como el clásico doble vínculo.
bueno, ese es tu problema
mi problema transmitirte a ti y a tu problema
a través del inglés desde el griego antiguo
y a todo lo que se esconde en este pueblo, tu gente
crímenes y horror y años juntos, una familia, lo que llamamos una familia
“uno de mis primeros recuerdos”, escribió John Ashbery en New York Mmagazine
1980,
“es el de intentar despegar el papel tapiz de mi habitación,
no por animosidad
sino porque parecía que debía haber algo fascinante
detrás de sus galeones, globos y telescopios”.
esto me recuerda a Samuel Beckett, que describió en una carta
sus propias aspiraciones hacia el lenguaje
“hacer un agujero tras otro en él hasta que lo que se esconde detrás de él se filtre”
querida Antígona: tú también eres alguien que mantiene la fe
con una organización profundamente otra que se encuentra justo debajo de lo que vemos o lo que
decimos
citando a Creonte, eres autonomos
una palabra formada por autos “sí mismo” y nomos “ley”
La autonomía suena como un tipo de libertad.
pero no estás interesada en la libertad
tu plan
es coserse a tí misma en tu propio sudario usando las más pequeñas puntadas
¿cómo traducir esto?
Me inspiro en John Cage que, cuando le preguntaron
cómo compuso 4’33’’, respondió
“La construí gradualmente a partir de muchas pequeñas piezas de silencio”
Antígona, no,
más que John Cage, aspiras a una condición de silencio
quieres que escuchemos el sonido de lo que sucede
cuando todo lo normal/musical/cuidado/convencional o piadoso es quitado
lejos
¡oh, hermana e hija de Edipo!
¿quién puede ser inocente al tratar contigo?
nunca hubo una pizarra en blanco
siempre estuvimos ansiosos por ti
quizás conozcas ese poema de Ingeborg Bachmann
de los últimos años de su vida que comienza
“Pierdo mis gritos”
Antígona, querida,
lo tomo como la tarea de quien traduce
prohibir que alguna vez pierdas tus gritos
Referencia de Anne Carson, “the task of the translator of Antigone”, en Antigonick. (Sophocles). Trans. by Anne Carson. A New Directions Book, 2015, pp. Traducción, Javier Pavez. Lectura, cariño, ánimo, alma, agradezco de corazón a Marcia Bustamante y Franchesca Rotger.


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