Unexhausted Time (Tiempo inagotable) de Emily Berry

traducción de alcides castro

Madre

Cuando   mi   madre   murió   juré   que  estaría

triste  para  siempre.  Pero,  aunque  una  parte

de  mí  se  mantuvo  triste  la  mayor parte no, y

fui   forzada   en   cambio   a   soportar  la  culpa

que   sentí   una   y   otra  vez  por  dar  pedazos

de  mí que insistía  nunca pertenecerían a nadie

más que a ella. Imaginé intentar explicar esto a

alguna  encarnación  futura     (‘Bueno te habías

ido,  qué  se  suponía  que  hiciera,      no  podía

esperar  por  siempre,  tenía  que  preocuparme

por  mí…’),        pero  ninguna  de  mis  excusas

sonaba  remotamente  convincente y en cambio

me  veía  parada  ahí  en  agonía, aceptando mi

justo  castigo,   que  fue que  eventualmente  su  

furia  y  sentido  del  abandono me  desbordaría

y se haría mío.

Vacío

Recibí   el   mensaje   de   una   amiga

anunciando  que  estaba  embarazada.

explicaba  que  se  iba  a  morir cuando

el niño naciera,  y  que  le  gustaría que 

nos viéramos antes de eso.   Pensé  en 

mi  propio  útero  colgando vacío dentro

de   mí   y   me  vi  rasgada  de  alegría.

Lo siento muchísimo, dije.

Estoy ocupada.

Terapia

Solo   hay   dos   hombres   en   el lugar  de 

terapia.        Uno  es  un  hombre  joven  de

otro  país,            cuyos  modales  y  modos

de   expresarse   aprobleman   al  resto  del

grupo,    pero  no  podemos  estar  seguros

de   hasta   qué   punto   este    sentimiento

de   problema   es   prejuicioso    y  basado

en   nuestro  pobre   entendimiento  de  los 

modos  culturales  que en el país de origen

de  este  joven  pueden  ser   considerados

perfectamente normales.    Siempre estaba

sacando baldes  rebosantes  de  sus pozos

profundos  de  tristeza  y  luego  dejándolos

caer justo antes de que alguien pudiera ver

un  destello  de  ellos.  Al  menos,  esa  era

nuestra  suposición,  porque  generalmente

mantenía   un   profundo,        impermeable 

silencio  que  tenía  la  mareante atmósfera

de  un  lago  tan  quieto  que parecía ser un

sólido, o quizás un gel, algo sellado con  un

plástico, un plástico que – daba la impresión

–     se había formado debido al miedo de la

sustancia a contaminarse a través del aire.

Opinión

Mi    amigo    me    informó    que    había       visto

a     su    terapeuta    caminando    en   el   parque.

Su  terapeuta  tenía  mal  gusto  al  vestir,        dijo,

y   verlo  en  la  calle  así  sólo  reforzó  su  opinión.

Eligió   esperar   detrás   de  un  árbol   hasta   que

su  terapeuta  pasara  para  así  no  toparse con él.

Pero   no   podía  estar  seguro  si  hizo  esto  para 

evitar  la  incomodidad  que  viene  de encontrarse 

con   nuestro   terapeuta  en  público,  o  más  bien 

porque   no  podía   soportar   que   nadie  lo  viera 

hablando con una persona con tal mal gusto.    En

particular mi amigo estaba atacado por los zapatos

del terapeuta,     los describió como “vergonzosos”.

Sintió que le tenía que decir a su terapeuta, lo más

pronto posible,   cuan avergonzado estaba por sus

zapatos,  incluso cuando esto posiblemente hiriera

al hombre,     de otra manera la alianza terapéutica 

podría verse comprometida.

Deja un comentario

Previous Post
Next Post