El problema de reclutamiento de las editoriales: punto de vista del editor
Anónimo

Traducción de Rocío Abarzúa

Este artículo fue publicado el 2 de mayo de 2023 en la sección Comentarios de The Bookseller, un medio británico con más de un siglo de historia especializado en cobertura editorial. Esta sección publica columnas contingentes al negocio editorial actual, centrándose en el panorama de Reino Unido, y a más grandes rasgos, angloparlante. Esta columna se tradujo por su resonancia con el medio local.


Estamos publicando muchos libros y el sistema de reclutamiento necesita grandes cambios.

Las últimas semanas se ha visto mucha discusión alrededor del bienestar del autor, el estrés de la industria y, más recientemente, los recursos editoriales – temas que, en mi experiencia, se superponen considerablemente. Con respecto a esto último, no estoy seguro si estaría de acuerdo en que los editores hoy tienen menos recursos que los que tenían anteriormente. ¿Acaso no hemos estado siempre sobrecargados?

Hace alrededor de una década, cuando comencé en la industria editorial comercial, mis asistentes y yo sabíamos bien lo que era empezar temprano y trabajar hasta tarde, y trabajar regularmente durante los fines de semana. Sin embargo, lo que he visto crecer significativamente en años recientes es qué es lo que se espera de cada editor, publicista y trabajador de marketing en términos del volumen de libros – un crecimiento que, en mi experiencia, frecuentemente no va acompañado de un aumento en los presupuestos y recursos. El resultado inevitable es el recorte de gastos en otros sitios y es el cuidado del autor, sea esto intencional o no, lo que en efecto se deja de priorizar.

Desliz de marketing

La realidad es que, para listas* en que tienes un solo publicista y una sola persona en el área de marketing velando por los autores de múltiples editores (bastante común en la publicación de ficción comercial, en mi experiencia), es simplemente imposible que cada libro tenga un plan de marketing y publicidad integral, o que cada autor tenga contacto directo (o, de hecho, alguna interacción) con el grueso del equipo de publicación. La peor configuración que he vivido en mi carrera consistía en una persona de marketing trabajando las listas de seis editores, y cada lista era considerable (la mía propia incluía 17 autores, la mayoría de los cuales estaban publicando dos o hasta tres libros al año). Los equipos de marketing están demasiado sobrecargados, así que el editor, quién en última instancia es responsable por la relación con el autor (y tiene que ser el portador de malas noticias y el destinatario de quejas), tiene que hacerse cargo. He trabajado para editoriales donde los editores comparten la mayor parte de los planes de marketing. Peor aún, he trabajado para compañías donde los editores escriben los planes de marketing (basta decir que estos planes rara vez tienen un presupuesto asociado).

Este tipo de ambiente es duro y desmoralizante para los trabajadores, y creo que contribuye a la reputación de muchas editoriales de tener una puerta giratoria. Esto, a su vez, genera un ciclo de mala atención al autor, pues invariablemente hay brechas entre las personas que se van y los nuevos rostros que se suman al equipo para tomar la posta. El reclutamiento ha sido uno de los mayores puntos débiles de la segunda mitad de mi carrera, y sé que este es un sentimiento compartido por muchos de mis pares. Muchos de los empleados están bajo contratos con plazos de aviso de salida de tres o más meses, pero los mecanismos de reclutamiento suelen ser lentos, especialmente en las grandes corporaciones, a pesar de la abundancia de candidatos brillantes, por lo que casi siempre hay un retraso significativo.

Y en el intertanto, los autores quedan colgando, manejados por asistentes sobrecargados o compartidos entre otros editores que ya tienen abultadas listas. Esto no representaría necesariamente un problema excepto que, como es común hoy, el editor es el único punto de contacto del autor con la editorial. Si un autor no tiene un agente con quien tocar base, realmente puede quedar abandonado.

Negocio basado en hits

Uno de mis primeros jefes en la industria me dijo que el editorial es un negocio basado en hits. Publica suficientes libros, los hits van a mantener a flote los títulos que no venden tantas copias. Hoy más que nunca, se siente que hay un empujón desde arriba por más volumen – tira más a la pared y más se va a adherir a ella – pero, frecuentemente, es mucho más un caso por menos: más libros, pero no más gasto de marketing; más resultados, pero no más presupuesto para edición y diseño de calidad; más autores, pero no más recursos para asegurar el buen manejo de autores.

En un paisaje en que los avances y los precios de los libros están bajando, la idea – que, mientras un libro lo logre a lo grande, no importa que muchos otros libros no lo hagan – comienza a sentirse muy problemática desde una perspectiva de autor.

Lo que me parece más frustrante, quizás, es que realmente creo que no tiene que ser de esta manera, y que este modelo funciona en favor de nadie. Asegurarte de que tus trabajadores y tus autores estén felices contribuye a tener mejores tazas de retención, ahorra dinero en reclutamiento, evita brechas y lleva a relaciones de autor de largo plazo que resultan en listas de autores sólidas y rentables.

Hay editoriales cuyos autores están muy contentos, y son muy vocalmente positivos, y no es necesariamente porque publican menos libros (al contrario, en algunos casos): es porque dan a cada libro la mejor oportunidad posible y distribuyen sus recursos de marketing de manera pareja y realista a través de su catálogo.

Espero que en el futuro más editoriales abracen la idea que el cuidado y retención de los autores y trabajadores es una responsabilidad en todo el negocio, y que tiene que ser el centro y el frente de la estrategia y procesos. Esas editoriales que lo hacen, cuyos autores se sienten apreciados, escuchados y apoyados, son invariablemente aquellas que se van a fortalecer. No tiene que ser a costa del volumen de publicación, pero puede solo funcionar con una revisión de las prioridades.

*N. del T: Listas de autores, reunidos bajo una misma lista bajo ciertos criterios.

Fuente: 2-mayo-2023 – https://www.thebookseller.com/comment/comment/publishings-hiring-problem-the-editors-view

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