El infierno de irse, pero el dolor de quedarse
Viajar en climas cálidos de Jesús Amalio Lugo

Jacobo Villalobos

Una voz adolorida, múltiples voces caídas en desgracia –o quizá tan solo voces que no caen, sino que, justo como aquel hermano salino, se quedan suspendidas en el viento y tan solo enuncian aquella desgracia que contemplan bailando salsa, con guaguancó melancólico–. El lenguaje de Jesús Amalio se convierte en un agujero acuoso que nos lleva a una realidad adulterada, torcida, a algo que pudo ser pero que no es, es decir, nos conduce a la genuina ficción. Tan solo que esta se lee como se escuchan los tambores.

Viajar en climas cálidos (Provincianos, 2023) nos recuerda y nos testifica una realidad que está a un mismo tiempo cargada de violencia, de dolencias, pero también de belleza –de hecho, quizá sean esas dolencias las que constituyen el paisaje estético de este libro–. Desde un viaje, en el cual la presencia del desierto, del malestar y de los aliens son protagonistas, hasta la reconstrucción de una biografía que es narrada a un burro descuartizado, el lenguaje de estos relatos nos dice la maravillas más atroces, porque la destrucción, aquí, suena con belleza. 

Con lo anterior, lo que quiero decir es que Viajar en climas cálidos presenta a un autor que hace gala de todas las herramientas técnicas y estéticas que se esperarían de un escritor consagrado y maduro, al mismo tiempo que refresca con una imaginación torcida, que explicita que aquellas herramientas están al servicio de una voz original. En fin: un libro impecable, aunque más debería decirse: deleitable. 

No obstante, a mi parecer, el verdadero poder de este nuevo libro de Jesús Amalio no radica en nada de esto. O quizá sí, pero solo en parte. La verdadera fortaleza del texto es la debilidad de sus personajes. Cada relato nos presenta una gama casi teatral de personajes –que bien podrían hacerse pasar por personas–, que trazan una línea entre los dañados y los dañinos, los oprimidos y los opresores, los malditos y los benditos. Los protagonistas de esta colección de relatos siempre son los primeros: los golpeados, los vulnerables, los expuestos. Es la fragilidad de estos personajes las que terminan por capturar al lector, a convidarlo a entender la complejidad del mundo que se presenta en estas ficciones. Hombres que dudan de su masculinidad, o, mejor dicho, que viven sin aquella masculinidad –o que ni siquiera se la plantean–; niños abandonados, dejados a su suerte, mientras contemplan las mayores atrocidades, al punto en que uno de ellos prefiere cegar su ojo; una bestia triste, con la cara demacrada, que escucha con atención el relato de otro ser triste. Tal es la cotidianidad de esta colección de relatos.

En este paisaje desértico, el ímpetu de la debilidad nos invita a repensar nuestra valoraciones y a tensar nuestras creencias, en fin: a cuestionar nuestra moralidad. De nuevo, estamos ante la ficción: la realidad adulterada que nos lleva a entender de mejor manera la nuestra propia. 

¡Qué infierno es viajar por estos paisajes áridos! Sin embargo, los cinco relatos que componen esta colección, insisten en que si el viaje es infernal, quedarse en el mismo sitio, muchas veces es peor. La invitación entonces es a no mantenernos estáticos, sino a transitar a través de la sal, del desierto, del joropo a la cueca, a desplazarnos sobre naves siderales, a lomos de tortugas, a cruzar el mar, a bailar por quienes no quieren o no pueden, a perder la vista ante tantos horrores, pero no del todo, cuidando siempre, siempre, siempre de no convertirnos en aquellas estatuas de cobre que son devueltas por el mar, impávidas, quietas y perdidas para toda la eternidad. 

En fin: “Los sueños que se iban a cumplir ya se cumplieron y no fueron muchos. Los demás llegamos tarde, o más bien, nos quedamos tarde»

Barbería Cultural, Las Condes, [07-10-2023]


Jesús Amalio Lugo (Coro, 1992). Ingeniero biomédico, inmigrante, escritor de narrativa y poesía. Ha ganado el premio Óscar Castro Zúñiga de la Municipalidad de Rancagua en 2022, el premio del público de Santiago en 100 palabras en 2021, el 2do lugar en el Concurso literario Fernando Santiván en 2019 (con el relato “En el aire como la sal”), entre otros reconocimientos. Sus textos han sido publicados en diferentes antologías en español y en inglés. 

Jacobo Villalobos (Caracas, 1995). Escritor y periodista, su gran pluma lo llevó a ser ganador por unanimidad del XIII Concurso de Monte Ávila Editores para Obras de Autores Inéditos (2015), en la mención narrativa, por el libro 26 humillados, posteriormente publicado por esa casa editorial en el 2016; por unanimidad también se llevó el premio Franco-venezolano para la Joven Vocación Literaria (2017) con el libro de relatos titulado Intrusos, publicado por la editorial Fundavag en 2017.

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