Poemas somos que otros escribieron

Julieta Marchant

Poemas somos que otros escribieron fue publicado el año pasado en Argentina por la editorial Concreto y este año saldrá en Chile una edición de autora. Su lanzamiento será el miércoles 3 de abril a las 19:30 h en el Thelonious (Bombero Núñez 336, barrio Bellavista). Presentan Yair Gómez Szmulewicz y Nadia Prado.

Este libro trabaja con apropiación y escritura no creativa: los poemas a continuación están compuestos con palabras de El poema acecha en los intervalos de Nadia Prado, Mi Emily Dickinson de Susan Howe y La bestia ser de Susana Villalba.

Julieta Marchant. Poeta y editora.

de un yo hacia un tú volver promiscuas las palabras —algo en mí expulso hacia algo en ti: escribo sin consentimiento—, aleteos convulsiones algarabía éxtasis fiebre apnea frenesí un golpe limpio entre discordia y dulzura (no tener con quién ser), onomatopeya dentro de la boca escupe pepas hollejos miel lavanda / escúchame: un tú a tú es un obstáculo: costuras poda dentro suyo el animal humano / al rozar a otro el corazón labra una tumba 

brisa o pequeño torbellino 

separa el tú del yo

—troquel en forma de trébol—

cuando en su alevosía ya no puede punzo hasta cortar el ojo

el tímpano imagina un diálogo

pero no satisface

¿quién podría mantenerse erguido y seguro 

sobre las ramas de un árbol durante un huracán?

no nos acostumbramos nunca a nada ni a nadie

el deseo se atasca y parece girar en una rueda para ardillas

la carne —cucaracha diestra— enarbola racimos

y no deja de tener hambre

manía devoradora y arrogante gravita (no hay remedio) / feliz desmesura: terreno estriado, espasmo y pulsión / somos la paja y el grano, aserrín de órganos, odio al pensamiento —escúchame—

¿qué razón puede haber para amar?

*

cada yo 

   liberado de su voluntad individual

      morirá en acción

cada yo lírico

   contra la piedra 

      el corazón arroja 

romper la ley cada lírico en acción contra la piedra 

   el viento del agua movía la cizaña 

   bajo la superficie doblándola suavemente 

   río abajo: astillas, varas, leños

al final del principio, el fusil extrajo

un texto del texto

liberado piedra individual voluntad contra

el orden en que deben leerse 

las noches salvajes en el páramo, amor

hombres intrépidos volverán 

a la atracción 

   para decir

ahí terminaban las semejanzas:

   «odio a las mujeres intelectuales» —respondía joyce

   con el fin de restaurar la claridad original

    (destruyo lo que amo y el amor es júbilo)

   a la caza de la forma más allá de la forma

   de la verdad más allá del tema

   a través de bosques de palabras tremendas

   ¿quién posee los bosques?

babilonia

la ambición incluye la idea de dominio

exceder la intensidad 

   el peso de las costumbres

el lenguaje del corazón posee otra gramática

   cada yo lírico: fusil

*

un día intacto parece una cacería: este es mi cuerpo

empujar o resistir arrasar u ofrecer 

aquí estoy: secreto entre la luz y la voracidad

el sexo en mí son otros 

el hombre por fuera es blando duro el hombre puede quebrar una montaña echó semilla tira de mí ( un animal es un hombre su transparencia incorruptible un centro voraz no puedo entender su quietud ( un hombre no sabe hasta dónde puede llegar para fingir dignidad ( escarbo en su tronco nos parecemos un instante monstruosa altura me aniquila ( cava huecos en los huecos gravedad y luz ciego a la sombra que provoca ( cuando mueren los hombres matan a sus perros ( una sierra eléctrica el hombre —soy desmesurado—

   )

hasta cuando no están, los hombres están

su pasión por el cuerpo

áspero de ideas enteras y redondas

mi mansedumbre rumia:

este es mi cuerpo

   espacio de separación

   apenas un rocío

   inmóvil casi 

   fiel a su manera

me entorpece de orquídeas —le digo— soy intrínseca

el vacío entre quien ama y el amor

¿existe otro modo de ser libre?

tomó a un pájaro del cuello

por ser espléndido 

hace de la incertidumbre una ley

corren detrás de una pelota

los hombres juntan manzanas

paso la lengua por su papel áspero 

mis muñones supuran trepa 

y se me enrosca

un perro me huele

por ser espléndido el hombre 

dice soy la presa también

me tiraron piedras patadas puñetazos moscas aturdidas lengua a quien no tiene dientes desperdicio hambre frío palos la pasión es un sexo (no puedo soportarlo: acariciar)

¿vale la pena esta violencia?

no es fuerte ni sedoso no es índigo ni fucsia

no se eriza ni se enciende

no vuela no trina no despliega

caí sobre ratones los desgarré sin pasión

cementerio del idioma: espiral de nácar corola cresta crin

sigo los restos de su carnicería

sobrevivo y él lo llama fidelidad

poder matar

el que golpea primero

espanta su indiferencia

soy un cazador de huecos —dijo—

me echo junto al alambrado

la muerte se parece al amor: un lugar donde estamos 

pero no nos ven

hasta dónde se llega es la pregunta 

a la que fui arrojada

escarba a mi alrededor me huele ladra

es mentira que soy inquebrantable

las hormigas caminan sobre mí

si supieras escuchar adentro 

no sé si estoy arriba de la tierra, abajo del cielo, más acá de mí

hay un instante al que llaman mundo

y cada uno a su manera canta

qué duda cabe


Julieta Marchant (Santiago, 1985). Codirectora de los sellos Cuadro de Tiza Ediciones y Editorial Bisturí 10. Coordina talleres de poesía. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía El nacimiento de la hebra (Edicola, 2015), Reclamar el derecho a decirlo todo (Pez Espiral, 2017), En el lugar de la mano el ímpetu de un río (Bisturí 10, 2020; HD, 2021; Liliputienses, 2021), Poemas somos que otros escribieron (Concreto, 2023) y el ensayo Contra el cliché: genio y técnica en la poesía (Mundana, 2022).

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